^B00:00:15 >> Laurie Wade es una de las personas más entusiastas que he conocido en mi vida entera. Es obstinada, es terca, es graciosa, es valiente. ^M00:00:34 [ Aplausos ] ^M00:00:36 >> Laurie Wade es una joven que nació con impedimentos múltiples y severos, pero gracias a su propia fuerza de voluntad y a la dedicación y el empeño de sus seres queridos, Laurie ha logrado un progreso extraordinario. Este año, por ejemplo, sacó segundo lugar en la carrera de los 100 metros, en las Olimpiadas Especiales, en Texas. Hace pocos años, apenas sí podía caminar 50 metros. >> Se echó a correr y, como a la mitad de la carrera, parecía estar perdida. Realmente, no estaba segura de dónde estaba y se paró-- Pero de alguna manera, siguió caminando y caminando. Estoy segura de que fueron los 50 metros más largos que corrió jamás nadie. ^M00:01:35 [ Aplausos y vítores ] ^M00:01:43 >> Ella me asombra. Ahora está haciendo cosas que yo jamás hubiera pensado que fuera capaz de hacerlo hace 10 años. Laurie apenas podía concentrarse. No se podía sentar con ella en una mesa y hacer cualquier tipo de trabajo por más de siete segundos, y luego mejoró hasta diez y luego 30 segundos. Pero ella te pateaba por debajo de la mesa con tus zapatos ortopédicos. >> Los que conocemos a Laurie, estamos convencidos de que ella no hubiera podido progresar tanto a no ser por la estrecha colaboración de sus padres con su programa educativo, las experiencias que adquirieron al colaborar con la escuela y con los propios instructores, ofrecen lecciones muy valiosas para todos. >> Annie y yo queríamos hacer este video, yo creo porque nos hemos dado cuenta de cuántos adelantos ha logrado Laurie a través del tiempo. Vemos que avanzó tanto, porque la familia tomó parte y apoyaron el programa educativo de Laurie. Por eso avanzó más de lo que hubiera hecho sin la participación de la familia. Además, así podrían contar la historia de su participación y el apoyo de los maestros. Pensamos que su caso ayudaría a otras familias y al personal de la escuela, para captar otra perspectiva sobre cómo pueden ayudar a un niño crecer. >> Laurie fue niña rubeólica. Su mamá había contraído rubeola durante el primer trimestre del embarazo y los Wade sabían, antes de que Laura naciera, de que la niña podía nacer impedida. Annie ingresó muy de mañana al hospital de maternidad y Laurie nació de una manera muy normal, muy rápido inclusive. Luego el doctor vino a enseñarme a Laurie, antes de llevarla a neonatología y me dijo: "Jamás había visto una niña más perfecta". Así es que todos nos sentimos contentísimos; sin embargo, nos quedaba cierta duda, creo que por parte mía y de Annie, además de un doctor. Pero en esa ocasión había esperanzas todavía. >> El problema del corazón. La llevamos con el cardiólogo y nos dijo, claro que me dio miedo, pero nos dijo que podía controlar y también fue entonces que nos preguntó si Laurie estaba sorda. De alguna manera me enfrenté con todo eso, y cuando tenía seis semanas le diagnosticaron las cataratas. Ese fue el primer momento en que me di cuenta que tenía una cruz muy grande qué cargar o un reto muy grande; depende del punto de vista de la persona. No sé cómo lo percibí. Me sentí como que fue mucho para aceptar. En aquel momento, no sabía realmente, no tenía idea de lo que íbamos a hacer. >> Laurie también había sufrido un daño cerebral que le afectó sus facultades motoras e intelectuales. >> Los Wade se pusieron a buscar programas que ayudaran a Laurie a aprender a utilizar su cuerpo, responder al mundo a su alrededor y aprovechar lo poco que tenía de audición y de vista. Pero existían pocos servicios para niños impedidos como ella. >> El centro de habla y audición, nos enviaron al centro de parálisis cerebral, para atendernos, porque realmente no había nada para los niños sordo ciegos. En aquel tiempo, tampoco hubo programas de intervención temprana para niños con problemas de la vista o del oído. Por eso fuimos al centro de parálisis cerebral. Los programas del centro de habla y audición, de la Universidad de Texas, habían sido tan limitadas; en cambio, en el centro de parálisis cerebral, comenzó a recibir terapia física, terapia ocupacional y actividades en grupo. >> Cuando Laurie cumplió tres años, sus padres resolvieron buscar programas que tuvieran un enfoque más educativo, pero no existía ninguno. >> Nos informaron que tendríamos que organizar un grupo de seis estudiantes que tuvieran las mismas necesidades, antes de que pudiera establecerse un programa. Y, como es natural, volvimos con nuestro único contacto en esa época, el círculo y asesor de la comisión de ciegos. Le preguntamos si había más niños sordo ciegos en la comunidad o en los alrededores y él nos dijo que sí había varios otros, pero recomendó que no tratáramos de comunicarnos con esas personas, porque según eso, tenían grandes problemas familiares o grandes problemas económicos, etc. Y por eso el asesor creía que sería mejor que Annie y yo no les fuéramos a hablar del programa nuestro, o sea, el problema de conseguir la escuela a Laurie. Y en eso fracasamos rotundamente, a tal grado, que ya nos sentíamos terriblemente deprimidos y frustrados. Creo que ya había pasado un año-- Y por fin nos decidimos a desatender los consejos del asesor de la comisión de ciegos y nos pusimos en contacto con algunos de sus padres de familia. No tardamos en darnos cuenta de que esa persona buscaba lo mismo que buscábamos nosotros. Nos comunicamos con otros de los padres y tuvimos la misma reacción. Y así, al cabo de unos pocos días, habíamos cuatro niños sordo ciegos y, aunque no todos eran de la misma edad, todos necesitaban los mismos servicios que sentíamos que eran necesarios para Laurie. >> Al comenzar en Austin el nuevo programa para niños sordo ciegos, los Wade iniciaron su participación en el sistema educativo. Sus primeras experiencias con los maestros de Laurie, fueron positivas. Una de las maestras que trabajó durante varios años con Laurie, llegó a entablar una relación muy estrecha con ella y con su familia. >> Tengo recuerdos muy claros de aquellos días, cuando intentaba enseñarle a alimentarse sola. Una taza, aprendió a levantar la sola y tomar la bebida, pero en cuanto acabó de tomarla, la tiró. Me acuerdo de un señor, un voluntario del programa, quien logró que no tirara la taza por primera vez. Me acuerdo de la primera vez que alzó una galleta y se la metió en la boca. Habíamos luchado para enseñarle a alimentarse. Su papá estaba observándonos y, por fin, ella tomó la galleta, la mordió, la masticó y la tragó. La primera vez que se había metido comida en la boca y, claro, que el padre salió del cuarto con lágrimas en los ojos. Es el tipo de recuerdos que tengo de ella. ^M00:09:32 >> Creo que a veces me sentía muy intimidada, pero definitivamente, la admiraba y la respetaba mucho y sabía que el futuro de Laurie, en aquel tiempo, dependía en seguir las instrucciones de la maestra Jill. Realmente, lo creí y pensaba que lo que hicimos en aquel tiempo, le dio una firme base para su futuro. >> Jill era una persona que no aceptaba negativas, por parte de nosotros. Si decíamos que no podíamos hacer tal cosa, que no nos alcanzaba el dinero, que no hay dinero, que no hay tiempo-- Ella nunca nos hacía sentir culpables. Más bien, siempre nos animaba, nos daba algún recurso, algún aliciente y creo que sabíamos aprovechar las ocasiones para salir adelante. Así, sabíamos que teníamos en ella un apoyo, aparte de que existía la propia familia. >> Fueron muy positivas las relaciones que sostuvieron Jill y Annie como maestra y madre, respectivamente; pero resulta que Jill se marchó y la nueva maestra, Sally Schurr, tomó otro rumbo con respecto al programa educativo de Laurie. Surgieron problemas entre los padres y la maestra. >> Me acordaba de Sally Schurr desde que estuvo en el programa de Dallas, y yo le tenía mucha confianza. Es que ella tenía mucho tiempo de haber tomado parte del programa y supongo que, a mí en lo personal, me dio muchísimo gusto que ella ya fuera a ser la nueva maestra de Laurie. >> Pues, la conocíamos un poco y pensábamos, pues, ella será una buena maestra. Aunque nos sentíamos tristes de que Jill ya no iba a trabajar ahí. Pero cuando llegó Sally, una de las primeras cosas que le pregunté fue si iba a hacer muchos cambios. Me dijo: "Pues no, no, no, de verdad, no". Y luego, sí hizo cambios. Y algo rápido. >> De hecho, cuando recién llegué, no había planeado hacer cambios. Realmente pensé que, durante mi primer año, dejaría las clases como habían sido antes, pero-- Era tan difícil lograr que Laurie hiciera los trabajos de mesa y yo pensaba que eso no era apropiado para ella y no lo pude hacer. Me decía, no, así no se puede. Intenté hablar con los señores Wade del asunto y no me contradijeron. >> Yo no estaba preparada para cambios inmediatos, sentía que sería mejor un período de transición más largo. Como resultado, comencé a apartarme y no comunicarme. Y resentí lo que estaba pasando, porque tantas cosas que habíamos hecho con tanto empeño, que Jill le había enseñado a Laurie, ya no se hacían y tantas otras cosas cambiaron. >> Mi opinión de Laurie, de cuando trabajaba con ella, era que Laurie era muy inteligente y muy despistada y que sus problemas principales no resultaron y no resultarían de una falta de inteligencia, sino de la falta de relaciones con otras personas y de relaciones sociales. Me sentía que su problema principal era al nivel afectivo. >> Me sentía como que no me dieron crédito de conocer a Laurie y que esta persona llegó y en como seis personas, asesoró a Laurie. Yo resentí el hecho de que ellos no reconocieron que yo tuviera algunos conocimientos. Mucha de la filosofía del programa cambió. Laurie comenzó a comportarse de una manera diferente. Ya había dejado de chuparse los dedos y después de que llegó Sally, comenzó a chupárselos de nuevo. Comienzo a demostrar hábitos nerviosos y, entonces, yo empecé a ver muchas cosas que me inquietaron mucho y no tuve suficiente confianza con Sally como para hablar con ella. Por una parte, yo era bastante tímida y Sally era muy franca. En ese momento, yo no tuve el valor de confrontar ni a Sally ni a ninguna otra maestra. No lo hubiera hecho, no lo hubiera hecho ni con Jill, ni con nadie más. Sencillamente, no tuve el valor para hacerlo. >> No me acuerdo si era más tarde en aquella primavera o durante el siguiente otoño. Recuerdo que poco a poco me di cuenta de unas vibraciones negativas, que se emitían de los señores Wade. Lo supuse, porque nunca dijeron nada a mí. Laurie aprendió una maniobra complicada en el trampolín una tarde, cuando Annie estaba presente, en una reunión de los padres. Y recuerdo que le dije que Laurie había aprendido a hacer eso y ella me dijo: "Pues, me alegro de que finalmente haya aprendido a hacer algo" y yo me dije, hay algo que no marcha bien aquí, ¿qué pasa? Y comencé a hablar con varias personas y me enteré de alguna forma u otra, que los señores Wade estaban muy descontentos y que el director del centro y también la trabajadora social lo sabían desde hace tiempo y no me lo habían dicho. Y yo estaba desolada. >> Desde luego, fue una experiencia penosa, difícil y costosa para todos. El matrimonio Wade creó fama de ser unos padres problemáticos y con el tiempo Sally abandonó el centro. Los padres, los maestros reflexionaron y llegaron a reconocer que la situación debió de haberse manejado de otra manera. Sally tenía que reconocer que los Wade estaban inconformes de sume todo de enseñanza, mientras que los padres de Laurie, tenían que saber que la maestra respetaba sus sentimientos, sus percepciones y sus esperanzas. >> Hice muchos cambios y con demasiada prisa. Lo sabía y, de todos modos, lo hice. Si hubiera sabido el grado de descontento de Annie y Garland, lo hubiera hecho de una manera diferente. Sabe, hubiera usado los materiales de antes. Hubiera cambiado el programa de Laurie. >> Yo creo que si, de alguna manera, la maestra hubiera sido más sensible, no sé si se puede enseñar eso o si depende del individuo, pero no creo que la gente puede-- Esperar que los padres-- Por más que estén bien informados-- Y que sepan distinguir entre los sentimientos y lo que realmente está pasando, y no se puede esperar que un padre sea completamente objetivo en tal situación. Por esa razón, creo que tienen que respetar a los padres y darles una manera de expresarse, aunque no sea con palabras. Pero de alguna manera, participar en la elaboración del programa del niño. >> Yo creo que querían que Laurie hiciera actividades grandes del primer año de primaria; tenía la edad de una niña de primer año y querían que hiciera actividades, como en la escuela regular. >> Bueno, no diría a los padres que tienen esperanzas no muy realistas, porque eso, por lo general, los hace enojarse y frustrarse y los aleja de la escuela aún más. Creo que un padre tiene que darse cuenta que una esperanza-- No es realista por su propia cuenta. Lo único que puede hacer el personal de la escuela es ofrecer un ambiente en el cual pueden aprender si la esperanza es realista o no. >> Después de que Sally se alejó del programa, los Wade resolvieron aprender de su experiencia. Poco a poco, Annie volvió a tomar parte del programa y llegó a formar una buena relación profesional con Dale Rudin, la próxima maestra de Laurie. ^M00:19:39 >> Cuando acaba de llegar al programa de Laurie, tuve algo de miedo para trabajar con ella y con la familia, porque lo único que sabía era que había habido problemas en el pasado. Realmente, nadie me explicó cuál era el problema, quería concentrarme en trabajar con la niña, como si no hubiera pasado nada. Íbamos a comenzar de nuevo y eso fue bastante difícil al principio. Cuando conocí a la familia Wade y reconocí su compromiso al programa, realmente fue fácil hacerlo. >> Al igual que muchos otros niños seriamente impedidos, a medida que Laurie crecía, empezó a tener serios problemas de comportamiento. >> Cuando la conocí era pequeña y preciosa y se veía perfecta, salvo que su comportamiento fue tremendo. Golpeaba a las personas, les picaba los ojos, agarraba los lentes, los miraba fijamente en la cara y la gente pensaba que los estaba abrazando, cuando realmente estaba estimulándose visualmente con la luz que se reflejaba de sus caras. Realmente era-- Tremenda. >> Otra maestra de Laurie, Susan Rice también se acuerda de lo frustrante que era hacer frente a la conducta de Laurie. Así describe a Laurie a la edad de 10 años. >> Su comportamiento, sus distracciones. Los lentes le distraían mucho, los lentes siempre eran un problema, y se rompían con frecuencia o se rompía el aparato para sordera. Ella sola los rompía. Parecía sufrir de mucha inquietud y eso le distraía de cualquier aprendizaje que pudiera haber ocurrido. Me sentía triste por ella y por su familia y también me sentía frustrada de no poder avanzar con las lecciones que no pudo aprender por culpa del comportamiento que se interponía. >> El mal comportamiento de Laurie hizo aumentar las presiones y las frustraciones diarias de las maestras, de modo que llegó a ser indispensable que ellas mantuvieran buenas relaciones con la familia de Laurie. El trato continuado de Dale y Susan con la familia, les proporcionaba el estímulo y comunicación mutua que rara vez recibían de la propia Laurie. >> Yo me acuerdo de un momento durante la semana, cuando me sentía más desalentada que nunca, y decidí que esta niña me iba a volver loca, que era un monstruo y que no me imaginaba cómo su mamá y papá la aguantaban en casa. Me dije, yo no puedo hacer esto más y necesito apoyo. ¿Qué me pasa? Me decidí a hablar con Annie por teléfono. Sabía que estaba en casa y le hablé. Eran a eso de las dos y le dije, hola, ¿qué está haciendo? Y me dijo que nada y le dije, pues, ¿no hay inconveniente si paso por la casa? Su hija me está volviendo loca y necesito hablar con alguien. Y hubo alivio en su voz al contestarme, porque aquí estaba otra persona con el mismo tipo de sentimientos hacia Laurie. Creo que sabía lo mucho que yo quería a Laurie, pero a pesar de eso, me estaba volviendo loca. Fui a la casa y después de aquel día, nuestra relación cambió. Fue el comienzo de un intercambio honesto, porque cada una sabía cómo se sentía la otra. >> Pues, tuvimos contacto diario, por medio de escribir en un cuaderno lo que hacía Laurie. La familia Wade cooperaba, sabía que cada vez que quería que la niña practicara también en casa, los padres de Laurie estarían dispuestos a participar. Siempre me hacían pasar lo que pasaba con Laurie. >> Desde entonces, el matrimonio Wade ha colaborado con diversas maestras. No siempre han tenido experiencias positivas, pero esas experiencias anteriores, buenas y malas, les han ayudado a seguir aprendiendo de sus propios errores y a darles a las maestras tiempo para que aprendan de los suyos. Quizás lo más importante es que los padres de Laurie aprendieron a confiar en sus propios instintos en lo que concierne a su hija, y a persistir. >> Creo que cuando Annie y Garland estuvieron en situaciones difíciles en la escuela o con los maestros, nunca, nunca se negaron a enfrentar los problemas. Aunque quisieron alejarse y esconderse y decir "Yo no puedo con esto", no siempre se llevaban bien con una maestra o no estaban de acuerdo con un programa, pero siempre mantuvieron el contacto. A veces les tardaba unos días para recuperar el ánimo o lo que fuera, pero realmente, les valió la pena, porque Laurie avanzó mucho más de lo que jamás hubiera hecho sin el apoyo y si no hubieran participado en el sistema educativo, como lo hicieron. >> Yo le di clases a Laurie hace siete años y realmente no la he visto desde entonces. Cuando recién la vi, fue un choque para mí. Estaba encantada y sorprendida al ver lo que hace. >> Durante los últimos años es que ella parece haber desarrollado más sensibilidad en cuanto a ella misma, como persona. Ella se relaciona mejor con las otras personas y, por lo tanto, ahora se puede tratar mucho mejor con ella. Ahora se puede hablar con ella como con cualquier otra persona. Es una comunicación limitada, pero se puede hablar con ella de cómo se siente uno y cómo se siente ella y decirle que esto es una cosa que tienes que aprender a hacer. Claramente mejoró. Hace dos o tres años, Laurie no hablaba de nada que no fueran sus necesidades o sus deseos. >> El progreso en Laurie, así como las experiencias de su familia, demuestran claramente que la participación de los padres es un proceso importante, pero difícil. Si ese proceso ha de dar frutos, tanto padres como maestros, necesitan aportar energías, comprensión y respeto por los sentimientos de unos y otros. Pero, a fin de cuentas, es a los maestros a quiénes corresponde hacer cualquier esfuerzo adicional. >> Creo que la responsabilidad de ser comprensibles, es de los maestros porque, por cualquier razón, necesitaron un trabajo olés gusta trabajar con estos niños o querían trabajar con familias, ellos han escogido la profesión. En cambio, las familias no han escogido la situación. Es más, traen consigo el duelo, el por qué me pasó a mí y creo que se puede preguntar a cualquier padre de un niño con impedimentos y va a decir que quisieran que no existiera el impedimento. Eso no quiere decir que no amen a sus hijos, o que no quieren cuidarlos o querer lo mejor para ellos, pero no es algo que hubieran escogido. Los que trabajan en la escuela, escogen el trabajo, aunque puede ser duro y difícil, pero lo escogieron. Pienso que de vez en cuando, hay que acordarse de eso. >> A través de las experiencias de los Wade, se pueden sacar algunos factores concretos que favorecen las buenas relaciones entre padres y maestros. En primer lugar, los maestros tienen que reconocer que, en muchos casos, los padres están muy bien enterados de lo que concierne a sus hijos. >> En el fondo, Laurie es hija de sus padres, es una responsabilidad suya y ellos la conocen mejor que yo. Han vivido con ella por 18 años y aunque yo sepa mucho acerca de ella, ellos van a saber más. También estoy consciente de que Laurie puede comportarse en casa de una manera muy diferente a cómo se comporta en la escuela. Entonces, llega el punto en que mis conocimientos de ella no son completos. Confío en los instintos de los señores Wade sobre qué hacer con su propia hija. En fin, así es. >> Diría a los maestros, antes que nada, que en muchos casos, los padres son los expertos en sus hijos, en cuanto a los sentimientos y en cuanto a lo que quieren que logren los niños. Los maestros se gradúan de la escuela sin saber eso. Piensan que después de estudiar, la educación por cuatro o cinco años, que uno sabe lo que es mejor para ese niño y cómo enseñarlo. Creo que los padres y los maestros tienen que trabajar juntos para los niños sordo ciegos. 0:28:30 >> Otro factor que conviene recordar, es que los padres no son los únicos que llegan a la clase con una carga emocional. Los maestros también tienen sentimientos con relación a los alumnos, sentimientos que, de no reconocerse y comprenderse, pueden provocar conflictos. >> También creo que es importante que nos demos cuenta de la intensidad de los lazos emocionales con los niños. Nos acercamos bastante y llegamos a ser posesivos y somos muy intransigentes sobre lo que el niño debe de hacer. >> Los padres y maestros tienen que estar muy abiertos a una comunicación sincera, por más que les resulte difícil o penoso lo que hayan de decir o escuchar. ^M00:29:17 >> La comunicación entre padres y maestros es cuestión de escucharse uno al otro. No estoy hablando de una manera de escuchar que entran las palabras por la mente y salen sin tener impacto. Es una manera de escuchar con el corazón, de entender la posición del otro, creo que es muy difícil que los maestros lo hagan y que es muy difícil que los padres lo hagan también. Puede ser que ambos quieran lo mismo para el niño, que avance, pero si no logran un nivel de comunicación más allá de una simple plática, no creo que realmente vayan a entender lo que quiera la otra persona o la manera de lograrlo. >> Los maestros esperan y, con razón, que los padres participen del desarrollo educativo de sus hijos. Pero los maestros también tienen que saber ser comprensivos con los padres en los momentos difíciles. >> Hay actividades para la casa, por ejemplo, que quisiera que los padres hicieran, porque de ser así, las habilidades de la niña evolucionarían más rápido. Idealmente, eso debe suceder, pero no es así. Pero está bien, por una parte-- Porque lo que sí está pasando en casa es suficiente, Laurie está amada, la cuidan, la protegen, se comunican con ella, van a diferentes lugares y todo eso. Y si practica el lavar platos o practica tirar la basura en casa o no, toda esa clase de actividades, lo puede aprender aquí. Y también, ahora tengo la impresión y además por lo que me han dicho Annie y Garland, los dos están cansados y el sistema de la familia está cansado y todos necesitan espacio. Es maravilloso el hecho de que Laurie esté aprendiendo este tipo de actividad. >> Por último, es esencial que los maestros estén conscientes de las presiones que tienen que enfrentar los padres de niños impedidos día tras día y año tras año. >> Ya sé que se nos hacen mucho más difíciles ciertas cosas, para mucha gente serían normales. Es difícil, siempre completo, salir a comprar comida. Es difícil acabar con cualquier proyecto en la casa, porque no podemos dejar sola a Laurie. Ella no sabe valerse por sí misma. Y cuando quiere una cosa, no se da cuenta de que estamos ocupados en otra cosa y que habíamos de querer que nos dejara en paz. Y aunque le digamos que nos deje en paz-- No lo hace. >> En el otoño, me quedaba en casa de Annie y Garland. Por los años que he trabajado con Laurie, siempre me decían que Annie nunca dormía toda la noche, porque Laurie la despertaba. Y siempre me compadecía de Annie, pero nunca me daba cuenta de cómo debe haber sido eso; yo pensé comprenderla. En el otoño, cuando me quedé en su casa, durante la noche oí [ruidos] y me sobre salté y me desperté, pensaba, ¡qué es eso! Y me dio taquicardia, pensando que pasó algo horrible. Lo que pasó fue que Laurie se había despertado y fui para investigar y platicamos, se calmó y me sentí útil que le había ayudado y volvió a dormir. Y en la siguiente noche pasó lo mismo [ruidos] y me desperté con la misma sensación. No tardé en darme cuenta de que era Laurie, pero realmente me hizo comprender lo horrible que es despertarse así, que te interrumpan el sueño noche trasnoche, es mucho tener que aguantar. >> Anoche me hizo enojar, porque yo quería acostarme temprano. Acosté a Laurie y luego me acosté, pero ella se levantó y vino donde yo estaba. Me irrité con ella, pero estaba tan hermosa, tan bonita que no más le dije, Laurie, te ves tan bonita. Pero estaba furiosa con ella a la vez que le decía eso. Tengo muchos recuerdos así. La veo y es una niña sencillamente bella y cuando la veo así, se me olvidan los malos momentos. >> Para los padres de niños más crecidos, como Laurie, la incógnita del futuro es una carga muy pesada. ¿Qué será de ella cuando falten tus padres? >> Realmente, estamos muy orgullosos de ella, por lo que ha podido hacer, pero al mismo tiempo, con todo lo que ha logrado y les daré un ejemplo. Sabe escribir números, del 1 al 100, sin ayuda. Y sabe cuáles son. Es formidable. Pero con todos esos conceptos, con todo lo que ha hecho hasta ahora, con todo el empeño y toda la atención, los demás padres y los maestros, los administradores y los terapistas; en fin, con todo el trabajo que tantos hemos dedicado a una sola niña, por todos estos años, todavía no puede valerse por sí misma. Y creo que jamás lo va a poder. Es eso lo que-- Más nos preocupa a nosotros, sus padres, porque existe la posibilidad de que-- Ella no siempre pueda contar con nosotros para compensar esa dependencia suya y-- Y, por otra parte, nunca podremos depender del sistema político y del sistema educativo, ni de ningún otro sistema para que le den esa ayuda. ^M00:36:21 [ Silencio ] ^M00:36:28 >> Ella es como una parte de mí, es difícil separarnos. Le dedico tantos esfuerzos-- A veces-- La quiero tanto que, aunque parezca raro decirlo, a veces, a veces la quiero tanto, que pienso que hubiera sido mejor si ella hubiera muerto. Parece una contradicción, yo sé, pero no creo que haya nadie en el mundo entero que la pueda amar con tanta fuerza como yo, ni darle el cariño que le doy. Sería mejor si ella nunca tuviera que vivir sin eso, en cualquier momento. >> Para Laurie el futuro se ve incierto. Existen pocos servicios que le permitan seguir adelante en su desarrollo personal y educativo, por el cual todos han luchado con tanto afán. Pero los que quieren a Laurie, abrigan la esperanza de que ella y otros como ella, tengan oportunidad de vivir una vida completa y productiva. >> Lo ideal-- Ella podría vivir con un grupo de sus semejantes, máximo cuatro personas, incluyendo a ella, y vivir en una casa o en un departamento, que hubiera personas para supervisarles, claro, porque yo no puedo imaginar a Laurie viviendo sola. Vivir en un grupo pequeño, en un departamento o una casa con todo tipo de equipo especial para personas con problemas de la vista y del oído, y Laurie podría trabajar en la comunidad, no muy un taller, solamente con otros impedimentados. Eso no sería el mejor ambiente para ella. Y sería una lástima si no hubiera más posibilidades de trabajo. Si pudiera trabajar en la biblioteca o acomodando mercancía en el supermercado o algo parecido. Y si viera a la familia cada fin de semana o cada dos semanas, como quieran-- Podría viajar. >> Pues, yo creo que ella tiene el derecho de estar en la comunidad y no escondida en una institución. Tiene el derecho de seguir creciendo y de tener experiencias nuevas y tomar parte en el mundo, como los demás de nosotros. ^M00:39:25 [ Silencio ] ^M00:39:38 >> Creo que la primera vez que me sentí realmente convencido de que Laurie era capaz de pensar y de-- Formar conceptos por sí sola, fue cuando ella estaba chiquita y andábamos de visita donde los padres de Annie, en Tulia, durante las vacaciones de navidad. Y cayó una nevada. Era la primera nevada que Laurie había visto. La vio-- Desde una ventana del segundo piso y era-- Una cosa blanca, que le despertó su curiosidad y estuvo impaciente por bajar a ver de qué se trataba. Y-- Cuando por fin la sacamos al porche, ella bajó la escalera despacito, pisando la nieve, como quién quiere probar el agua de una alberca. Luego sintió la nieve y le metió las manos. Y sacó un puñado de nieve y, jamás lo olvidaré, hizo la seña, o sea, la seña para nombrar la nieve. Fue la seña de leche fría. ¡Qué cosa más fenomenal! En ese momento pensé, ¡esta muchacha sí que puede! ¡Por Dios Santo! ^E00:41:38